"Será posible respirar bajo el agua si te metes un pez por los pulmones?" preguntó Samantha de manera demasiado seria.
Al oír las palabras de su amiga, la chica de pelo castaño empezó a reír como nunca antes había reído en su vida. Durante varios minutos de dolorosa alegría se vio obligada a sujetarse las costillas en el suelo mientras reía sin parar
Cuando el tiempo hubo aliviado el sentimiento, Melissa aún tenía una sonrisa en la cara
"Cada vez estás más loca, Sam." dijo "Estoy bastante segura de que te ahogarías."
"¿Por el agua o por el pez obstruyendo la vía?"
Después de un buen rato de hablar toda idiotez que les venía a la mente, ahora ambas chicas se encontraban llorando de la risa.
Era un día alegre. Nada sincero, nada valioso, pero alegre.
O por lo menos eso creía, no, esperaba Melissa. Incluso aunque era claro para ella que no sería así.
Créanme o no, la pregunta de Samantha me la hizo una amiga hace un tiempo. Sin comentarios.
Nada más aquí. Quiero terminar con este tema pronto, no tengo ideas.
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